Con unas pérdidas anuales de 50 millones de
euros y tras un ERE que ha afectado a 140 trabajadores, el Consell
espera que uno de los cinco grupos que han mostrado interés en gestionar
la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) haga rentable el recinto a
partir de septiembre.
El ‘agujero’ anual de 50 millones de euros que
supone la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia no puede
prolongarse. El Consell ahora busca con urgencia un gestor privado que
haga rentable un recinto que simboliza la modernidad de la ciudad de
Valencia, pero a la vez una deficiente gestión como empresa pública.
Según han confirmado a El Confidencial Digital fuentes de la Consellería de Economía, en septiembre “y en los primeros días del mes” se sacará a licitación el concurso para la externalización de la gestión de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.
No admite retraso ni error
La elaboración de los pliegos acumula un retraso considerable.
De hecho, la intención inicial de la Generalitat era que el operador
privado pudiera haberse hecho cargo de la gestión este verano.
Posteriormente, el conseller de Economía, Máximo Buch,
fijó la licitación para julio. Sin embargo, la complejidad de los
pliegos y la “minuciosidad” – como califican en la Consellería- de la
Abogacía de la Generalitat han demorado los plazos.
Tras una deficiente gestión, según afirman a este confidencial desde la Consellería de Economía, “no hay margen de error a la hora de externalizar la gestión de CACSA”.
Según ha podido saber ECD, la documentación está ya ultimada, y el concurso saldrá en septiembre. Falta por decidir el canon que se cobrará al operador
que se haga con la gestión del Oceanográfico, el Museo Príncipe Felipe,
el Hemisférico y el Ágora, cuya concesión se licitará en un único lote.
El Palau de les Arts quedará definitivamente exento del concurso y mantendrá un “status” diferenciado.
Sólo el Oceanográfico se salva de los “números rojos”
De los cinco edificios que componen la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, sólo el Oceanográfico se salva de los números rojos.
El hecho de que, actualmente, haya cinco grupos interesados en
gestionar CACSA confirma que se considera rentable con una gestión
privada.
Ya está decidido que el adjudicatario asumirá la gestión durante 15 años, y no soportará los costes de amortización de los intereses por el pago de la infraestructura, que seguirá pagando la Generalitat Valenciana.
El Consell piensa aplicar un “canon razonable de inicio” para que las empresas interesadas entablen una puja al alza.
Asumir la plantilla actual
La empresa que resulte adjudicataria ha de asumir la actual plantilla que trabaja para CACSA, como obligación ineludible.
Hace poco menos de un año, la empresa pública –CACSA- cerró un ERE con un total de 140 trabajadores. Esta redimensión de la plantilla fue uno de los requisitos indispensables marcados por los técnicos para que la externalización del recinto resultara viable para una empresa privada.
La empresa que gestione CACSA deberá asumir las obligaciones contraídas con proveedores que todavía estén en vigor.